La revolución financiera impulsada por la adopción corporativa de bitcoin ha ganado una nueva dimensión en los últimos meses. Lo que comenzó como una estrategia singular de Michael Saylor y su empresa Strategy (anteriormente MicroStrategy) se ha transformado en un fenómeno global. Compañías de todos los sectores, desde gigantes tecnológicos hasta empresas asociadas con el mundo de los “meme stocks”, han anunciado públicamente sus intenciones de seguir el mismo camino: acumular bitcoin como un activo estratégico en sus balances. Sin embargo, a pesar del entusiasmo, los mercados financieros tradicionales —especialmente en Wall Street— mantienen una postura escéptica frente a esta tendencia emergente.
Bitcoin como tesorería corporativa: de excepción a tendencia
Desde que Strategy comenzó a incorporar bitcoin como una parte clave de su estrategia de reservas, su valoración se ha multiplicado por 26 desde finales de 2022. Hoy en día, la empresa controla más de 60 mil millones de dólares en bitcoin, una cifra que ha catapultado su capitalización bursátil por encima de los 80 mil millones de dólares. Este éxito no ha pasado desapercibido. Nuevos actores están emergiendo con propuestas similares, como Trump Media —que recientemente anunció su intención de recaudar 2.500 millones de dólares para adquirir bitcoin— y GameStop, que planea destinar 500 millones para el mismo fin.
También destaca la llegada de Twenty One, una nueva empresa pública “nativa de bitcoin” respaldada por figuras del sector como Tether, SoftBank y Jack Mallers, que nacerá con más de 42.000 bitcoins en su balance. Esto la convertiría en la tercera mayor corporación tenedora de bitcoin a nivel mundial, apenas detrás de Strategy y un pequeño puñado de grandes tenedores institucionales.
Pero mientras Saylor celebra lo que describe como una “explosión de interés” en torno a la adopción de bitcoin corporativa, las acciones de empresas como Trump Media y GameStop han caído bruscamente tras sus respectivos anuncios. Wall Street, lejos de replicar el entusiasmo de los primeros días de Strategy, parece responder con dudas a esta nueva ola de entusiasmo cripto.
Saylor, el evangelista de bitcoin en la esfera corporativa y política
Durante la conferencia Bitcoin 2025 en Las Vegas, Michael Saylor compartió su visión sobre el auge actual del bitcoin corporativo. En su opinión, los movimientos de empresas como Trump Media representan decisiones “valientes, agresivas e inteligentes”. Asegura que cada vez más compañías alrededor del mundo están trabajando en estrategias similares: desde Hong Kong hasta Abu Dhabi, pasando por el Reino Unido y Corea del Sur. Según él, bitcoin ya no es solo un activo alternativo, sino una nueva forma de estructurar la tesorería empresarial a nivel global.
Pero el impacto de bitcoin no se limita al ámbito empresarial. En Estados Unidos, el gobierno federal ha dado un giro radical en su enfoque. Mientras que la administración de Joe Biden veía con desconfianza la adopción corporativa de bitcoin, la presidencia de Donald Trump ha abrazado abiertamente la criptomoneda. En marzo, Trump firmó una orden ejecutiva que establece una Reserva Estratégica de Bitcoin en EE.UU., financiada exclusivamente con bitcoin incautado por el Estado. Esta reserva no podrá vender sus activos bajo ninguna circunstancia, consolidando su estatus como un activo soberano permanente.
Además, el gobierno se ha comprometido a auditar completamente sus tenencias digitales, que se estiman en más de 200.000 bitcoins. El vicepresidente JD Vance ha reforzado esta postura al convertirse en el primer vicepresidente en hablar directamente con la comunidad bitcoin, destacando su valor como cobertura contra la inflación y la censura institucional.
Un camino con obstáculos, pero sin retorno
Pese al entusiasmo institucional, no todo el mundo en el sector corporativo ha dado el salto. Microsoft, por ejemplo, rechazó recientemente una propuesta de accionistas para utilizar parte de su efectivo en la compra de bitcoin. Saylor, en un intento por persuadirlos, advirtió que la empresa no puede permitirse “perderse la próxima ola tecnológica”.
El contraste entre el éxito de Strategy y la tibia recepción de otras empresas podría deberse, en parte, a diferencias en la manera de financiar sus compras de bitcoin. Tanto GameStop como Trump Media han optado por emitir bonos convertibles para recaudar fondos, lo que puede generar presión bajista a corto plazo en el precio de sus acciones. Sin embargo, Saylor considera que este tipo de estrategias son eficaces a largo plazo y que el verdadero impacto se verá con el tiempo.
La visión de Saylor es clara: seguirá comprando bitcoin indefinidamente. Está convencido de que el precio continuará subiendo y que la adquisición del activo será cada vez más difícil, aunque su empresa también se volverá más eficiente en el proceso. Para quienes temen que la adopción institucional y estatal socave la descentralización de bitcoin, Saylor ofrece una visión contraria. Asegura que, cuanto más diverso sea el ecosistema y más actores participen, más resiliente, robusto e incorruptible será el protocolo.
En sus propias palabras: “No hay fuerza en la Tierra que pueda detener una idea cuyo momento ha llegado. Bitcoin es capital digital y, quizás, la idea más explosiva de nuestra era”.