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BlackRock iShares Bitcoin ETF rompe récords: más de 700,000 BTC en solo 18 meses

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En apenas año y medio desde su lanzamiento, el ETF de Bitcoin al contado de BlackRock, el iShares Bitcoin Trust (IBIT), ha alcanzado un hito que parecía improbable: acumular más de 700,000 bitcoins en custodia, una cifra equivalente a más de 76 mil millones de dólares en activos bajo gestión. Este avance convierte al fondo no solo en el líder indiscutible del emergente mercado de ETFs de Bitcoin en Estados Unidos, sino también en uno de los productos financieros más exitosos de la historia reciente.

Lanzado en enero de 2024 junto a otros fondos similares, IBIT ha superado rápidamente a competidores históricos tanto dentro como fuera del sector cripto. Actualmente, ostenta más activos en bitcoin que incluso la archiconocida MicroStrategy, que desde 2020 ha acumulado estratégicamente 600,000 BTC. También deja atrás a otros gigantes del ecosistema como el Fidelity Bitcoin ETF (FBTC), con 203,000 BTC, y el veterano Grayscale Bitcoin Trust (GBTC), que mantiene unos 184,000 BTC tras su conversión en ETF.

Lo sorprendente no es solo la velocidad con la que ha crecido IBIT, sino el alcance de su impacto: ha logrado reunir más capital que ETFs tradicionalmente sólidos como el iShares Core S&P 500 ETF (IVV) y el iShares Russell 2000 ETF (IWM), productos que replican los principales índices bursátiles de EE. UU. y que han sido pilares de la inversión pasiva durante años.

El crecimiento explosivo de IBIT refleja un cambio de paradigma más amplio en el mundo de las finanzas. Los ETFs de bitcoin al contado, que hasta hace poco eran considerados demasiado arriesgados o inestables para los grandes gestores de capital, se han convertido en una pieza clave de las estrategias de inversión institucional. Desde su aprobación por los reguladores estadounidenses, los fondos cotizados en bolsa que invierten directamente en bitcoin han captado más de 50 mil millones de dólares en flujos netos, una cifra récord para una nueva categoría de ETF.

Este fenómeno evidencia una transformación profunda: el bitcoin ya no es visto únicamente como un activo especulativo o marginal, sino como una reserva de valor legítima que puede integrarse en portafolios diversificados a largo plazo. En este contexto, el papel de BlackRock ha sido decisivo. Con IBIT, la firma no solo ha sabido capitalizar el interés creciente por las criptomonedas, sino que también ha legitimado su uso entre gestores de fondos, asesores financieros y clientes institucionales.

De hecho, el fondo ya se ha convertido en el tercer producto con mayor generación de ingresos dentro del vasto universo de ETFs de BlackRock, que actualmente gestiona cerca de 1,200 fondos en todo el mundo. Eric Balchunas, analista senior de ETFs en Bloomberg, destacó la magnitud de este logro considerando el amplio catálogo de productos que la firma ofrece a nivel global.

El futuro de la inversión, cada vez más cripto

Más allá de las cifras, el caso de IBIT confirma una tendencia imparable: la integración progresiva del mundo cripto en los mercados financieros tradicionales. Lo que comenzó como un fenómeno de nicho hoy se traduce en productos regulados, accesibles y altamente demandados, que compiten en igualdad de condiciones con los instrumentos más consolidados del sector.

Las implicaciones de este cambio son profundas. A medida que más inversores institucionales adoptan ETFs de bitcoin como parte de sus estrategias, es probable que aumente la presión sobre otros actores del mercado para ofrecer productos similares. Asimismo, el éxito de IBIT podría acelerar la aceptación global de fondos cotizados basados en criptoactivos, abriendo la puerta a ETFs centrados en Ethereum u otras blockchains en el futuro cercano.

Por ahora, BlackRock ha marcado un antes y un después en la historia de las finanzas modernas. Con 700,000 bitcoins bajo su control en apenas 18 meses, la firma ha demostrado que la demanda por exposición regulada a bitcoin no solo existe, sino que es capaz de mover volúmenes comparables —e incluso superiores— a los de los productos financieros más veteranos. El mercado ha hablado, y su mensaje es claro: el futuro de la inversión también está escrito en código digital.

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