Ha pasado un año desde que Bitcoin atravesó su último halving, ese evento tan esperado que históricamente ha sido un catalizador para aumentos espectaculares en el precio de la criptomoneda. Sin embargo, esta vez las cosas no han salido como muchos esperaban. Aunque Bitcoin alcanzó un nuevo máximo histórico tras la reducción a la mitad de las recompensas de minería en abril de 2024, el crecimiento porcentual de su precio ha sido el más débil registrado en comparación con ciclos anteriores.
Un crecimiento decepcionante en medio de un panorama económico incierto
De acuerdo con datos proporcionados por la firma de análisis Kaiko, Bitcoin ha mostrado una recuperación en su precio, pero no con la intensidad que suele caracterizar los periodos posteriores a los halvings. A pesar de que actualmente se cotiza en torno a los $95,000, lo que representa un aumento del 49% respecto al momento del halving, esta cifra palidece frente a las alzas de cientos e incluso miles de por ciento observadas en ciclos anteriores.
La analista senior de Kaiko, Dessislava Aubert, explicó que el entorno macroeconómico ha tenido un impacto considerable en el desempeño de Bitcoin. «Una de las principales diferencias en este ciclo de Bitcoin es el actual régimen macroeconómico: las tasas de interés nunca habían estado tan altas», comentó, señalando además que el periodo de alta incertidumbre ha afectado negativamente a los activos de riesgo como las criptomonedas.
Tradicionalmente, Bitcoin y otros activos de riesgo han prosperado en entornos de tasas de interés bajas, donde la disponibilidad de dinero barato estimula la inversión en opciones más arriesgadas. Sin embargo, las preocupaciones de los inversionistas respecto a las políticas comerciales del presidente Donald Trump, así como los recortes de costos y la inestabilidad económica global, han generado un clima de cautela que ha limitado el entusiasmo por las criptomonedas.
Si bien el 20 de enero, día de la investidura de Trump, Bitcoin alcanzó un precio máximo de casi $109,000 impulsado por el optimismo en torno a las nuevas políticas favorables al sector, la euforia fue efímera. Desde entonces, el activo ha experimentado caídas significativas, atribuidas al temor que generan las medidas económicas poco predecibles del mandatario estadounidense.
La historia de los halvings y por qué este ciclo es diferente
Los eventos de halving de Bitcoin, que ocurren aproximadamente cada cuatro años, reducen a la mitad las recompensas que reciben los mineros por validar transacciones. Esta disminución en la emisión de nuevos bitcoins tiende a crear una presión alcista sobre el precio debido a la escasez, un fenómeno que ha sido evidente en ciclos anteriores.
En 2012, tras el primer halving, Bitcoin pasó de valer $12.35 a cotizarse en $964 apenas un año después, marcando una asombrosa subida de casi 8,000%. En 2016, el segundo halving vio cómo el precio escalaba de $663 a $2,500 en un año, un aumento del 277%. El halving de 2020 tampoco decepcionó: el precio de Bitcoin saltó de $8,500 a superar los $69,000, registrando un crecimiento del 762%.
Frente a estos precedentes, el modesto aumento actual —de apenas un 49%— resulta desconcertante tanto para inversionistas como para analistas del sector. Más aún considerando que, además del halving, se aprobó el primer ETF de Bitcoin al contado en Estados Unidos en enero de 2025, un hito que se esperaba impulsaría aún más el precio.
El impacto ha sido especialmente duro para la industria minera. Con la reducción de las recompensas a 3.125 BTC por bloque procesado y un precio que no ha subido lo suficiente para compensar, los mineros se ven obligados a vender más bitcoins para cubrir sus costos operativos. Curtis Harris, director senior de crecimiento de Compass Mining, destacó que la creciente dificultad minera —es decir, la competencia feroz por obtener cada vez menores recompensas— está haciendo insostenible la situación para muchos operadores.
Según Harris, el contexto económico actual, con tasas de interés elevadas y un acceso al financiamiento más restringido, ha puesto una enorme presión sobre el sector. «Estos factores incrementan el costo de los préstamos, hacen que los mineros sean más cautelosos y ralentizan las inversiones en nuevas operaciones mineras», explicó.
A pesar de ello, algunas voces dentro de la industria creen que esta moderación era previsible. Shanon Squires, director de minería de Compass Mining, señaló que quienes han gestionado de manera eficiente sus operaciones siguen siendo rentables. «Cualquiera que haya construido su granja de minería esperando un Bitcoin a un millón de dólares hoy, simplemente no estaba prestando atención», afirmó.
Conclusión: ¿Qué nos depara el futuro para Bitcoin?
El desempeño de Bitcoin tras el halving de 2024 nos recuerda que, aunque los eventos pasados proporcionan indicios, el mercado cripto sigue siendo altamente influenciado por factores externos. La historia de aumentos meteóricos no ha podido repetirse en un contexto donde la economía mundial se enfrenta a tasas de interés históricamente altas, tensiones comerciales y volatilidad política.
Aunque Bitcoin sigue demostrando ser un activo resiliente, su comportamiento reciente indica que el mercado se está volviendo más maduro y sensible a las dinámicas macroeconómicas. Los inversores y mineros deberán adaptarse a esta nueva realidad, donde las promesas de crecimiento explosivo tras cada halving ya no son una garantía.
¿Será este un cambio estructural permanente en la dinámica de Bitcoin, o simplemente un ciclo atípico marcado por circunstancias excepcionales? Solo el tiempo lo dirá.